¿Qué es la enfermedad mental crónica?
Para que una persona sea considerada enferma
mental crónica debe cumplir los tres criterios siguientes:
• Un médico psiquiatra debe haber realizado
un diagnóstico de alguna enfermedad mental de las consideradas como graves,
esquizofrenia, maniaco depresiva etc. Otros diagnósticos, en principio más
benignos, pueden ser incluidos en este criterio siempre y cuando los otros
criterios que después comentaremos estén presentes. Nos referimos a
diagnósticos como los trastornos de personalidad, obsesivos compulsivos,
bordelaine, etc.
• La enfermedad psiquiátrica debe tener un
carácter crónico, es decir, de larga duración.
• La enfermedad mental debe tener
repercusiones sobre la vida cotidiana de la persona: peor rendimiento en sus
obligaciones (trabajo, tareas domésticas, estudios, etc.), abandono de su aseo,
progresivo aislamiento social, pérdida de amigos, pérdida de hábitos de ocio,
apatía, etc.
¿Qué es la esquizofrenia?
La Esquizofrenia es una enfermedad que está
reconocida como tal desde hace un siglo. Es una enfermedad universal ya que se
distribuye de forma muy similar entre los diferentes países y culturas, y
bastante frecuente: el riesgo vital es del 1%, es decir, una de cada cien
personas padecerá esquizofrenia en algún momento de su vida.
También afecta de forma muy parecida a
hombres y mujeres, y el nivel económico, social o cultural no parece que sea
muy relevante a la hora de que existan más casos.
Una de las dificultades que presenta la
esquizofrenia es que no existe una evidencia clara de cuando una persona la
padece o no. En otras enfermedades se encuentra una bacteria, una lesión, un
virus, etc. que nos indica que esa persona tiene la enfermedad X. En la
esquizofrenia esto no ocurre. No se ha descubierto ninguna prueba que nos diga
que un sujeto padece esta enfermedad. Sí parece que existen algunos desarreglos
en los neurotrasmisores. Éstas son sustancias que se encargan de conectar unas
neuronas (células nerviosas) con otras.
La consecuencia de esta irregularidad de los
neurotrasmisores, junto a otras anomalías que se están investigando en la
esquizofrenia, tiene como resultado un conjunto variado de problemas graves que
afectan a la persona con un diagnóstico de esquizofrenia. Son frecuentes
problemas emocionales, de convivencia con sus familiares, de cuidado con su
aspecto, de sufrimiento, de ganas de hacer cosas, de aislamiento de sus amigos,
de abandono de sus actividades habituales, etc.
Todas estas consecuencias no se dan por igual
en cada persona con esquizofrenia. Una persona puede tener unos problemas
particulares y otras con el mismo diagnóstico otros, es decir, cada individuo
es único y la forma de manifestarse la enfermedad también es particular. En
términos coloquiales, habría tantas esquizofrenias diferentes como personas con
ese diagnóstico. Por todo esto es de suma importancia para los profesionales
conocer muy bien a cada persona que atienden.
¿Cómo afecta a quién la padece?
Los síntomas (manifestaciones que nos indican
que hay una anomalía o enfermedad) van a servir para realizar un diagnóstico y
poder diseñar un tratamiento adecuado. Es importante señalar que no todas las
personas con esquizofrenia tienen los mismos síntomas ni en la misma
intensidad, y que incluso una misma persona puede ir variando sus síntomas a lo
largo del tiempo. A continuación mencionaremos los más característicos y
habituales:
TRASTORNOS DEL PENSAMIENTO
Los pensamientos de la persona pierden
fluidez y lógica. Le cuesta mantener en orden sus ideas, concentrarse, recordar
cosas, etc. También, a veces dirá cosas que las personas que le rodean les
parecerán extrañas y sin sentido.
DELIRIOS
Los delirios son creencias erróneas que tiene
el sujeto y que no deja de creerlas aunque le expliquemos que son falsas.
Ejemplos de delirios son creer que alguien le persigue, que la T.V. le manda
mensajes secretos, que tiene poderes especiales o es el enviado de algún
personaje, etc.
ALUCINACIONES
Las alucinaciones consisten en percibir cosas
que no están en la realidad. Por ej., oír voces, ver objetos, sentir sabores
que no se corresponden con la realidad. La más frecuente es oír voces que a
veces pueden dar órdenes a la persona o insultarle.
TRASTORNOS DE LAS EMOCIONES
Las emociones, como la alegría o la tristeza,
suelen estar alteradas. Así por ejemplo, la persona puede tener reacciones
emocionales contrarias a lo habitual (reírse ante un suceso triste), o no
demostrar emociones (no conmoverse ante una desgracia), o cambiar bruscamente
de humor sin ninguna causa que lo justifique.
APATIA
La falta de ganas de hacer cosas, la
desmotivación, la pérdida de hábitos de aseo, la desesperanza en el futuro,
etc., son síntomas frecuentes en las personas con esquizofrenia.
AISLAMIENTO
Es frecuente que la persona abandone
progresivamente sus quehaceres y sus relaciones y se encierre en sí mismo.
SENTIDO DE SÍ MISMO ALTERADO
El individuo no se reconoce a sí mismo, le
cuesta diferenciar entre sí y el mundo que le rodea.
También es habitual que la persona niegue que
se encuentra enferma y rechace cualquier tipo de tratamiento o consejo.
¿Por qué una persona llega a tenerla ?
Hoy en día no se conoce con exactitud la
causa de la esquizofrenia, incluso se pone en duda que exista una causa común
para las distintas esquizofrenias. Lo que se sabe con certeza es lo siguiente:
• La esquizofrenia aparece en personas que
son vulnerables o están predispuestas a padecerla. Hay personas que son más
vulnerables que otras a sufrir la enfermedad y tendrán por tanto más
posibilidades o riesgo de enfermar.
• Para
que aparezca la enfermedad o una crisis es necesario que junto a la
vulnerabilidad se de, en un momento determinado, una situación estresante que
el sujeto no puede controlar ( un exámen, ruptura sentimental, etc.) o que esté
sometido a una presión constante que de repente se desborda (la mili, continuas
críticas de sus allegados, consumir habitualmente drogas, etc.).
• La herencia "da más papeletas"
para poder desarrollar la esquizofrenia. Así, si uno es hijo de padres con
esquizofrenia, tiene más posibilidades de desarrollar la enfermedad. Parecido
ocurre si tiene hermanos con la enfermedad u otros familiares de sangre. A
mayor cercanía familiar más riesgo de padecerla. Sin embargo la gran mayoría de
las personas que sufren esquizofrenia no tienen un familiar que la haya
padecido. La herencia juega, sin duda, un papel, pero no es el factor más
importante.
Junto a la herencia otra serie de factores
pueden hacer que una persona sea propensa a padecer la esquizofrenia: problemas
durante el embarazo o en los momentos más cercanos al parto, nutrición
deficiente, mal desarrollo y maduración del sistema nervioso central, etc. Lo
que es cierto es que no existe una causa única de la esquizofrenia, sino que
será la combinación de varios de los factores vistos anteriormente los que se
combinen en una persona particular y en un momento determinado para que
aparezca la esquizofrenia.
¿Se cura la esquizofrenia?
Hoy por hoy no existe curación que elimine la
enfermedad. Se trata de un trastorno crónico en el que, más que de curación,
debemos hablar de diferentes procesos o grados de recuperación. Es muy
arriesgado hablar de pronóstico en la esquizofrenia ya que cada persona está
influida por muchas y variados circunstancias que pueden modificar la evolución
de la enfermedad.
En líneas generales se puede decir que:
·
Un tercio de las personas con esquizofrenia,
tras un período corto de tiempo, se van a recuperar totalmente y van a llevar
una vida similar a la de antes de la enfermedad.
·
Otro tercio de personas van a combinar
períodos de enfermedad con períodos de recuperación. Tendrán crisis más o menos
espaciadas pero entre crisis y crisis llevarán una vida normal.
·
El último tercio no se recuperará totalmente
y necesitará, durante mucho tiempo, de ayuda para poder desenvolverse en la
vida. El papel de la familia y de la red de atención en estos casos es
fundamental.
Las nuevas medicinas que se están
desarrollando, la rehabilitación psicosocial, el soporte y apoyo, la red de
recursos de atención, etc. hacen que en la actualidad el pronóstico de la
enfermedad sea mucho mejor que años atrás, donde la única salida posible era el
ingreso de por vida en un hospital psiquiátrico.
Numerosas investigaciones han demostrado
también que una adecuada atención siempre conduce a mejorías en las personas,
incluso en los casos más difíciles.
La forma de inicio de la enfermedad también
va a influir en su evolución. El inicio de la enfermedad suele ocurrir
generalmente en la juventud: entre los 15 y los 30 años. Puede manifestarse de
forma brusca, cuando se desarrollan de repente en pocos días o semanas algunos
de sus síntomas, o de forma insidiosa, cuando poco a poco, casi sin darnos
cuenta, la persona comienza a dormir mal, se encierra en su habitación, deja
sus obligaciones, pierde el apetito, no se asea, habla de cosas
"raras", etc. Cuando el comienzo es brusco el pronóstico es mejor que
cuando la enfermedad empieza a manifestarse de forma insidiosa.
¿Qué se puede hacer?
El disponer de una adecuada atención es
esencial para que la persona con esquizofrenia pueda mejorar:
En la actualidad existen diferentes formas de
abordar este problema. La más efectiva es la que combina distintas estrategias
de intervención, pudiendo conseguir disminuciones significativas en el número
de crisis psiquiátricas y mejoras importantes en el funcionamiento cotidiano de
la persona.
Además, el modelo de atención a las personas
con enfermedad mental crónica tiene que dar respuestas eficaces a las múltiples
necesidades de este colectivo. Así debe contemplar:
• Las
necesidades de atención médica especializada.
• Las
necesidades de hospitalización en períodos de crisis.
• Las
necesidades de alojamiento cuando no tengan un sitio donde vivir.
• Las
necesidades de rehabilitación cuando tengan dificultades para desenvolverse de
forma autónoma.
• Las
necesidades de apoyo, soporte y seguimiento que aseguren una calidad de vida
aceptable: promoción personal, laboral y social.
• Las
necesidades de información, apoyo y asesoramiento no solo a la persona enferma
sino también, a sus familiares.
Es importante que la atención se realice en
la comunidad, evitando situaciones de marginación o exclusión de estas personas
de su entorno natural. Toda persona tiene derecho a ser tratada de su
enfermedad lo más cerca posible al sitio donde vive y a no ser excluida de la
sociedad. No se dejen llevar por tratamientos espectaculares que les aseguren
soluciones milagrosas.
¿Qué otras enfermedades mentales graves
existen?
Además de la esquizofrenia existen otras
enfermedades psiquiátricas que, a veces, pueden llegar a ser tan incapacitantes
como aquella. Veamos las más representativas:
TRASTORNOS MANÍACOS DEPRESIVOS Y DEPRESIONES
GRAVES
Se incluyen los trastornos maníacos (humor
exaltado de intensidad claramente anormal), depresivos (marcada y persistente
falta de interés por las cosas, incapacidad para sentir placer con actividades
que antes le gustaban, falta de respuesta emocional, pérdida del apetito,
problemas con el sueño, enlentecimiento) o bipolares (alternan fases maníacas
con depresivas).
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD
Son alteraciones del modo de ser propio del
individuo, de su forma de vivir y de comportarse, que se desvían de lo
normalmente aceptable en su entorno. Las más comunes son la personalidad
paranoide (el sujeto tiene una gran desconfianza y recelo a todo lo que le
rodea), personalidad esquizoide (personas introvertidas, retraidas, que evitan
el contacto social, frías, que no expresan emociones); personalidad obsesiva
(son rigidos, perfeccionistas, escrupulosos) y trastorno antisocial de la
personalidad (son individuos que no respetan las normas sociales, incapaces de
aprender de la experiencia, irresponsables, sin preocupación por los
sentimientos de los demás, baja tolerancia a la frustración e impulsividad).
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
Sería una de las más graves. Consiste en que
la persona tiene una serie de pensamientos (obsesiones) muy persistentes, que
vive como algo consciente y reconoce como absurdo, pero que no puede evitar. A
diferencia de los delirios, reconoce que todos estos pensamientos son fruto de
su mente, pero no se puede resistir a volver continuamente a ellos. Estos
pensamientos le crean un gran malestar que intentan mitigar con una serie de
comportamientos repetitivos (compulsiones)(las más frecuentes: lavarse las
manos, comprobar si el gas o la puerta están bien cerrados, tocar determinados
objetos, etc.).
TRASTORNOS MENTALES ORGÁNICOS
En este diagnóstico se incluyen los
diferentes tipos de demencias (Alzheimer, vascular, etc.). Existen problemas
fundamentalmente con la memoria y la capacidad intelectual de procesar
información, además de falta de control emocional.
TRASTORNOS FÓBICOS
Es un problema muy frecuente que consiste en
un miedo irracional, ilógico y desproporcionado ante ciertos objetos o
situaciones que normalmente no deben producir esa reacción. A consecuencia de
ello la persona evita las situaciones en las que están presentes los elementos
que disparan su fobia.
Estos diagnósticos se agravan cuando se les
añaden otros problemas como consumo de drogas y alcohol, retraso mental,
problemas familiares, desempleo prolongado, ausencia de amigos, etc.
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