miércoles, 22 de febrero de 2012

Enfermedades.



¿Qué es la enfermedad mental crónica?

Para que una persona sea considerada enferma mental crónica debe cumplir los tres criterios siguientes:

• Un médico psiquiatra debe haber realizado un diagnóstico de alguna enfermedad mental de las consideradas como graves, esquizofrenia, maniaco depresiva etc. Otros diagnósticos, en principio más benignos, pueden ser incluidos en este criterio siempre y cuando los otros criterios que después comentaremos estén presentes. Nos referimos a diagnósticos como los trastornos de personalidad, obsesivos compulsivos, bordelaine, etc.
• La enfermedad psiquiátrica debe tener un carácter crónico, es decir, de larga duración.
• La enfermedad mental debe tener repercusiones sobre la vida cotidiana de la persona: peor rendimiento en sus obligaciones (trabajo, tareas domésticas, estudios, etc.), abandono de su aseo, progresivo aislamiento social, pérdida de amigos, pérdida de hábitos de ocio, apatía, etc.

¿Qué es la esquizofrenia?
La Esquizofrenia es una enfermedad que está reconocida como tal desde hace un siglo. Es una enfermedad universal ya que se distribuye de forma muy similar entre los diferentes países y culturas, y bastante frecuente: el riesgo vital es del 1%, es decir, una de cada cien personas padecerá esquizofrenia en algún momento de su vida.
También afecta de forma muy parecida a hombres y mujeres, y el nivel económico, social o cultural no parece que sea muy relevante a la hora de que existan más casos.
Una de las dificultades que presenta la esquizofrenia es que no existe una evidencia clara de cuando una persona la padece o no. En otras enfermedades se encuentra una bacteria, una lesión, un virus, etc. que nos indica que esa persona tiene la enfermedad X. En la esquizofrenia esto no ocurre. No se ha descubierto ninguna prueba que nos diga que un sujeto padece esta enfermedad. Sí parece que existen algunos desarreglos en los neurotrasmisores. Éstas son sustancias que se encargan de conectar unas neuronas (células nerviosas) con otras.
La consecuencia de esta irregularidad de los neurotrasmisores, junto a otras anomalías que se están investigando en la esquizofrenia, tiene como resultado un conjunto variado de problemas graves que afectan a la persona con un diagnóstico de esquizofrenia. Son frecuentes problemas emocionales, de convivencia con sus familiares, de cuidado con su aspecto, de sufrimiento, de ganas de hacer cosas, de aislamiento de sus amigos, de abandono de sus actividades habituales, etc.
Todas estas consecuencias no se dan por igual en cada persona con esquizofrenia. Una persona puede tener unos problemas particulares y otras con el mismo diagnóstico otros, es decir, cada individuo es único y la forma de manifestarse la enfermedad también es particular. En términos coloquiales, habría tantas esquizofrenias diferentes como personas con ese diagnóstico. Por todo esto es de suma importancia para los profesionales conocer muy bien a cada persona que atienden.

¿Cómo afecta a quién la padece?

Los síntomas (manifestaciones que nos indican que hay una anomalía o enfermedad) van a servir para realizar un diagnóstico y poder diseñar un tratamiento adecuado. Es importante señalar que no todas las personas con esquizofrenia tienen los mismos síntomas ni en la misma intensidad, y que incluso una misma persona puede ir variando sus síntomas a lo largo del tiempo. A continuación mencionaremos los más característicos y habituales:

TRASTORNOS DEL PENSAMIENTO
Los pensamientos de la persona pierden fluidez y lógica. Le cuesta mantener en orden sus ideas, concentrarse, recordar cosas, etc. También, a veces dirá cosas que las personas que le rodean les parecerán extrañas y sin sentido.
DELIRIOS
Los delirios son creencias erróneas que tiene el sujeto y que no deja de creerlas aunque le expliquemos que son falsas. Ejemplos de delirios son creer que alguien le persigue, que la T.V. le manda mensajes secretos, que tiene poderes especiales o es el enviado de algún personaje, etc.

ALUCINACIONES
Las alucinaciones consisten en percibir cosas que no están en la realidad. Por ej., oír voces, ver objetos, sentir sabores que no se corresponden con la realidad. La más frecuente es oír voces que a veces pueden dar órdenes a la persona o insultarle.

TRASTORNOS DE LAS EMOCIONES
Las emociones, como la alegría o la tristeza, suelen estar alteradas. Así por ejemplo, la persona puede tener reacciones emocionales contrarias a lo habitual (reírse ante un suceso triste), o no demostrar emociones (no conmoverse ante una desgracia), o cambiar bruscamente de humor sin ninguna causa que lo justifique.

APATIA
La falta de ganas de hacer cosas, la desmotivación, la pérdida de hábitos de aseo, la desesperanza en el futuro, etc., son síntomas frecuentes en las personas con esquizofrenia.

AISLAMIENTO

Es frecuente que la persona abandone progresivamente sus quehaceres y sus relaciones y se encierre en sí mismo.
SENTIDO DE SÍ MISMO ALTERADO
El individuo no se reconoce a sí mismo, le cuesta diferenciar entre sí y el mundo que le rodea.

También es habitual que la persona niegue que se encuentra enferma y rechace cualquier tipo de tratamiento o consejo.
¿Por qué una persona llega a tenerla ?

Hoy en día no se conoce con exactitud la causa de la esquizofrenia, incluso se pone en duda que exista una causa común para las distintas esquizofrenias. Lo que se sabe con certeza es lo siguiente:

• La esquizofrenia aparece en personas que son vulnerables o están predispuestas a padecerla. Hay personas que son más vulnerables que otras a sufrir la enfermedad y tendrán por tanto más posibilidades o riesgo de enfermar.
 Para que aparezca la enfermedad o una crisis es necesario que junto a la vulnerabilidad se de, en un momento determinado, una situación estresante que el sujeto no puede controlar ( un exámen, ruptura sentimental, etc.) o que esté sometido a una presión constante que de repente se desborda (la mili, continuas críticas de sus allegados, consumir habitualmente drogas, etc.).
• La herencia "da más papeletas" para poder desarrollar la esquizofrenia. Así, si uno es hijo de padres con esquizofrenia, tiene más posibilidades de desarrollar la enfermedad. Parecido ocurre si tiene hermanos con la enfermedad u otros familiares de sangre. A mayor cercanía familiar más riesgo de padecerla. Sin embargo la gran mayoría de las personas que sufren esquizofrenia no tienen un familiar que la haya padecido. La herencia juega, sin duda, un papel, pero no es el factor más importante.
Junto a la herencia otra serie de factores pueden hacer que una persona sea propensa a padecer la esquizofrenia: problemas durante el embarazo o en los momentos más cercanos al parto, nutrición deficiente, mal desarrollo y maduración del sistema nervioso central, etc. Lo que es cierto es que no existe una causa única de la esquizofrenia, sino que será la combinación de varios de los factores vistos anteriormente los que se combinen en una persona particular y en un momento determinado para que aparezca la esquizofrenia.

¿Se cura la esquizofrenia?
Hoy por hoy no existe curación que elimine la enfermedad. Se trata de un trastorno crónico en el que, más que de curación, debemos hablar de diferentes procesos o grados de recuperación. Es muy arriesgado hablar de pronóstico en la esquizofrenia ya que cada persona está influida por muchas y variados circunstancias que pueden modificar la evolución de la enfermedad.


En líneas generales se puede decir que:

·        Un tercio de las personas con esquizofrenia, tras un período corto de tiempo, se van a recuperar totalmente y van a llevar una vida similar a la de antes de la enfermedad.

·        Otro tercio de personas van a combinar períodos de enfermedad con períodos de recuperación. Tendrán crisis más o menos espaciadas pero entre crisis y crisis llevarán una vida normal.

·        El último tercio no se recuperará totalmente y necesitará, durante mucho tiempo, de ayuda para poder desenvolverse en la vida. El papel de la familia y de la red de atención en estos casos es fundamental.

Las nuevas medicinas que se están desarrollando, la rehabilitación psicosocial, el soporte y apoyo, la red de recursos de atención, etc. hacen que en la actualidad el pronóstico de la enfermedad sea mucho mejor que años atrás, donde la única salida posible era el ingreso de por vida en un hospital psiquiátrico.

Numerosas investigaciones han demostrado también que una adecuada atención siempre conduce a mejorías en las personas, incluso en los casos más difíciles.

La forma de inicio de la enfermedad también va a influir en su evolución. El inicio de la enfermedad suele ocurrir generalmente en la juventud: entre los 15 y los 30 años. Puede manifestarse de forma brusca, cuando se desarrollan de repente en pocos días o semanas algunos de sus síntomas, o de forma insidiosa, cuando poco a poco, casi sin darnos cuenta, la persona comienza a dormir mal, se encierra en su habitación, deja sus obligaciones, pierde el apetito, no se asea, habla de cosas "raras", etc. Cuando el comienzo es brusco el pronóstico es mejor que cuando la enfermedad empieza a manifestarse de forma insidiosa.

¿Qué se puede hacer?
El disponer de una adecuada atención es esencial para que la persona con esquizofrenia pueda mejorar:
En la actualidad existen diferentes formas de abordar este problema. La más efectiva es la que combina distintas estrategias de intervención, pudiendo conseguir disminuciones significativas en el número de crisis psiquiátricas y mejoras importantes en el funcionamiento cotidiano de la persona.
Además, el modelo de atención a las personas con enfermedad mental crónica tiene que dar respuestas eficaces a las múltiples necesidades de este colectivo. Así debe contemplar:
        Las necesidades de atención médica especializada.
        Las necesidades de hospitalización en períodos de crisis.
        Las necesidades de alojamiento cuando no tengan un sitio donde vivir.
        Las necesidades de rehabilitación cuando tengan dificultades para desenvolverse de forma autónoma.
        Las necesidades de apoyo, soporte y seguimiento que aseguren una calidad de vida aceptable: promoción personal, laboral y social.
        Las necesidades de información, apoyo y asesoramiento no solo a la persona enferma sino también, a sus familiares.

Es importante que la atención se realice en la comunidad, evitando situaciones de marginación o exclusión de estas personas de su entorno natural. Toda persona tiene derecho a ser tratada de su enfermedad lo más cerca posible al sitio donde vive y a no ser excluida de la sociedad. No se dejen llevar por tratamientos espectaculares que les aseguren soluciones milagrosas.
¿Qué otras enfermedades mentales graves existen?
Además de la esquizofrenia existen otras enfermedades psiquiátricas que, a veces, pueden llegar a ser tan incapacitantes como aquella. Veamos las más representativas:

TRASTORNOS MANÍACOS DEPRESIVOS Y DEPRESIONES GRAVES
Se incluyen los trastornos maníacos (humor exaltado de intensidad claramente anormal), depresivos (marcada y persistente falta de interés por las cosas, incapacidad para sentir placer con actividades que antes le gustaban, falta de respuesta emocional, pérdida del apetito, problemas con el sueño, enlentecimiento) o bipolares (alternan fases maníacas con depresivas).

TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

Son alteraciones del modo de ser propio del individuo, de su forma de vivir y de comportarse, que se desvían de lo normalmente aceptable en su entorno. Las más comunes son la personalidad paranoide (el sujeto tiene una gran desconfianza y recelo a todo lo que le rodea), personalidad esquizoide (personas introvertidas, retraidas, que evitan el contacto social, frías, que no expresan emociones); personalidad obsesiva (son rigidos, perfeccionistas, escrupulosos) y trastorno antisocial de la personalidad (son individuos que no respetan las normas sociales, incapaces de aprender de la experiencia, irresponsables, sin preocupación por los sentimientos de los demás, baja tolerancia a la frustración e impulsividad).

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
Sería una de las más graves. Consiste en que la persona tiene una serie de pensamientos (obsesiones) muy persistentes, que vive como algo consciente y reconoce como absurdo, pero que no puede evitar. A diferencia de los delirios, reconoce que todos estos pensamientos son fruto de su mente, pero no se puede resistir a volver continuamente a ellos. Estos pensamientos le crean un gran malestar que intentan mitigar con una serie de comportamientos repetitivos (compulsiones)(las más frecuentes: lavarse las manos, comprobar si el gas o la puerta están bien cerrados, tocar determinados objetos, etc.).

TRASTORNOS MENTALES ORGÁNICOS
En este diagnóstico se incluyen los diferentes tipos de demencias (Alzheimer, vascular, etc.). Existen problemas fundamentalmente con la memoria y la capacidad intelectual de procesar información, además de falta de control emocional.

TRASTORNOS FÓBICOS
Es un problema muy frecuente que consiste en un miedo irracional, ilógico y desproporcionado ante ciertos objetos o situaciones que normalmente no deben producir esa reacción. A consecuencia de ello la persona evita las situaciones en las que están presentes los elementos que disparan su fobia.

Estos diagnósticos se agravan cuando se les añaden otros problemas como consumo de drogas y alcohol, retraso mental, problemas familiares, desempleo prolongado, ausencia de amigos, etc.

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